| NOTAS 
             
               En este 
                artículo se utiliza los términos étnico, 
                etnia, indígena, en forma convencional entendiendo que 
                la dignidad de los Pueblos que se encontraban en lo que hoy es 
                conocida como América Latina, antes de la llegada de los 
                españoles, no es reflejada por dichos conceptos. En orden 
                cronológico las cifras conocidas son algunas de las siguientes: 
                La CORFO, en 1952, sostiene que los mapuche son alrededor del 
                2,2% (139.547); Ormeño y Osses, en 1972, sostienen que 
                los mapuche serían 800.000 de los cuales el 50% sería 
                urbano y el otro 50% restante rural; la proyección del 
                CIDA, en 1973 y 1974, fue de 323.000 y 400.000 respectivamente 
                (4%); Hernádez I. afirma en 1984 que en Chile “los mapuches 
                son alrededor de 600.000 o sea aproximadamente el 6% de la población 
                total”. La proyección de Moltedo R. en 1986 fue del 3,5% 
                (300.000 -  400.000); el mismo año Montupil F. sostiene 
                que la cantidad de mapuche en Chile es de un 6% (700.000), en 
                1987, Bengoa J., - reconocido investigador de la "cuestión 
                indígena" -, afirma que los mapuche estarían alrededor 
                del 4% de la población chilena, en 1990 sostiene que "los 
                indígenas", serían aproximadamente 500.000 personas, 
                recientemente (1995) y después de la publicación 
                de los resultados del Censo, este mismo autor, sostiene que los 
                mapuche serían entre 600.000 y 800.000 a nivel nacional. 
                En todo caso, la proyección relativamente más cercana 
                a las cifras del censo fue la de Montupil. En los 
                acercamientos escalonados al tema de la discriminación 
                - y en el transcurso de la investigación de terreno actualmente 
                en curso -, se ha podido aislar a lo menos dos dimensiones del 
                fenómeno: discriminación exógena y endógena. 
                El primer caso, dice relación con el tipo de discriminación 
                tradicional, es decir, aquella actitud social estereotipada y 
                explícita que tienen que ver valoraciones diferenciales 
                y asimétricas de biotipos, perfiles estéticos, sicológicos 
                y colectivos, que determina rechazo social, pobreza y marginación. 
                Esta dimensión es posible de constatar en los estudios 
                de las primeras generaciones de inmigrantes a la RM (los estudios 
                de Munizaga son paradigmáticos). Por otro lado, la discriminación 
                endógena es una nueva generación del fenómeno 
                o a lo menos  una reconfiguración de ésta, 
                en el sentido que su reproducción es distinta. Los mecanismos 
                discriminatorios antiguos en los cuales la discriminación 
                se expresaba en rechazo explícito, hoy día se expresan 
                en el colectivo, en tanto los jóvenes mapuche admiten no 
                sentirse rechazados ni excluidos por sus pares, los cuales no 
                hacen distinción entre su condición de portadores 
                de apellido mapuche y no mapuche. Sin embargo, cuando se adiciona 
                al porte de apellido mapuche un proceso de recuperación 
                identitaria, se activan los mecanismos de control social. Estos 
                mecanismos se incrementan cuando el joven busca aglutinamiento 
                con otros jóvenes mapuche. Es allí en donde se potencian 
                los mecanismos de control social, es decir la discriminación 
                se activa en lo colectivo y no en lo individual, como sucedía 
                anteriormente. El joven internaliza dicho mecanismo de modo que 
                rehuye la posibilidad y oportunidad de organización, puesto 
                que ello activa los mecanismos discriminatorios. Validez 
                entendida como aquel instrumento que mide lo que dice medir. Confiabilidad 
                entendida como la precisión de la medida, aplicado el mismo 
                instrumento en cortes temporales distintos. Léase 
                “el racismo en Chile a 500 años del “descubrimiento” de 
                América. Comisión Nacional, Quinto Centenario. Valenzuela 
                y Foerster son de la opinión de que efectivamente son los 
                pobres los que en mayor grado manifiestan discriminación, 
                prejuicio y rechazo frente a otros pobres que son de origen indígena, 
                en cambio Curivil opina que “siendo que los mapuche viven y se 
                reproducen mayoritariamente en ambiente pobre, no es que la discriminación 
                sea más alta en ellos sino que se nota más”. El teorema 
                de Bernoulli afirma que “los segmentos pequeños de las 
                sucesiones azarosas muestran a menudo grandes fluctuaciones, mientras 
                que los grandes se comportan siempre de una manera que sugiere 
                constancia y convergencia” (ley de los grandes números) 
                (La lógica de la Investigación social. Popper K. 
                Ed tecnos. 190. Pag 168. Es decir, dicha “ley” permite inferir 
                que mientras mayor sea el tamaño de una población 
                cualquiera a examinar, su comportamiento estadístico (medidas 
                de tendencia central en particular), tendería a comportarse 
                normalmente en la medida que un supuesto básico en este 
                razonamiento es que poblaciones mayores son más homogéneas 
                y estables en su comportamiento estadístico. Hoy en 
                día existen algunos indicios que muestran tanto de sobredeclaración 
                (entendida como aquellos individuos que se declaran como mapuche 
                sin serlo en la pregunta de autoidentificación étnica) 
                como subdeclaración (aquellos que se declaran como no mapuche 
                cuando el resto de su estructura familiar sí) en la respuesta 
                censal. En ese sentido, en el curso de la investigación 
                que da origen a estas reflexiones, se ha llegado a la conclusión 
                de que aquellos que se sobredeclaran tienen más de 12 años 
                de educación y que por lo mismo un nivel de ingreso más 
                alto. Este hecho se reafirma cuando se constata que a medida que 
                la población mapuche se concentra el problema de la sobredeclaración 
                se va reduciendo, si bien no significativamente, por lo menos 
                es posible detectar una cierta tendencia decreciente, como asimismo 
                su nivel educacional. Por otro lado, la inconsistencia de los 
                datos, se ve reflejado en un indicador importante de la estructura 
                de población; el índice de masculinidad, (léase 
                Notas sobre la Población mapuche de la Región Metropolitana: 
                Un Avance de investigación. Valdés M. Pentukún 
                N° 5. 1996. IEI-UFRO.) dicho índice permite observar 
                la predominancia de un determinado sexo respecto del otro. Por 
                ejemplo, en zonas urbanas es teóricamente esperable encontrar 
                un índice de masculinidad menor a 100, en cambio, en zonas 
                rurales, es esperable encontrar índices de masculinidad 
                mayores o iguales a 100, puesto que en general, estas zonas la 
                migración femenina es mayor que la masculina. Si esto es 
                cierto, entonces la población debería comportarse 
                de dicha forma, lo cual en general el comportamiento de la RM 
                es así, no obstante, al desagregar la población 
                en las comunas de más alta densidad mapuche (Cerro Navia, 
                Pudahuel, Lo Prado, La Florida, Peñalolén, La Pintana, 
                San Ramón, Pedro Aguirre Cerda, Renca) los índices 
                de masculinidad de la población mapuche son  mayores 
                o muy cercanos a 100 (05 comunas y 04 comunas respectivamente). 
                Dado que estas comunas son eminentemente urbanas, es poco probable 
                que dicho comportamiento se relacione con variables culturales, 
                más bien, estaría mostrando que hay una gran cantidad 
                de mujeres que se subdeclaran u hombres que se sobredeclaran. 
                Por otro lado, si te toma en cuenta que las comunas que presentan 
                altos grados de concentración mapuche, también existen 
                altos grados de pobreza, la reflexión es doble: por un 
                lado, se debe (o debería) considerar la relación 
                pobreza-etnicidad, y por otro lado, cabe preguntarse por el efecto 
                de la discriminación étnica en la población 
                pobre no mapuche respecto de su respuesta. El razonamiento es 
                el siguiente: dado que la población no mapuche está 
                sometida a las mismas variables (ambientales, económicas, 
                políticas, sociales y culturales) que la población 
                mapuche, no debería existir diferencia entre los niveles 
                de pobreza observados. Sin embargo, los primeros acercamientos 
                a la problemática muestran niveles diferenciales de pobreza 
                respecto de la pertenencia étnica registrada en el censo. 
                Esto significa que es posible encontrar menos simpatía 
                entre los hombres pobres no mapuche que entre los hombres no pobres 
                no mapuche. En cambio, en las mujeres operan otras variables no 
                registradas en el censo (estéticas, psicológicas 
                entre otras). Ver 
                La población Indígena en la Región Metropolitana. 
                CONADI 1995. Valenzuela, Rodrigo. Peyser 
                A,  en 1995 inició la investigación que permitiera 
                evaluar la distorsión o sesgo en la respuesta de adscripción 
                étnica, entregando las pistas metodológicas en la 
                formulación del Programa REDATAM Plus, que permitió 
                llegar a las conclusiones expuestas. Valdés 
                M. PENTUKÚN N° 5, op cit. Esto 
                sería relevante, en la medida que el dato censal en términos 
                de validez y confiabilidad, tiende a incrementarse, en algún 
                grado donde la presencia mapuche es más importante. Este 
                segmento representa el 12,6 % de la Población Total de 
                la RM del mismo segmento. Esta 
                menor autoidentificación no puede ser explicada por una 
                variación demográfica, puesto que no existe ninguna 
                evidencia de que los padres de ese segmento de edad hayan tenido 
                una menor fecundidad (aunque resulta necesario investigar respecto 
                de la transición demográfica que se verifica en 
                Chile a partir de los años 60 y como ello afecto a la población 
                mapuche). Tampoco es posible pensar en un cambio de tendencia 
                en el flujo migratorio. Aquí 
                cabe preguntarse el porqué del ocultamiento sistemático 
                de la Historia mapuche en aquellos capítulos que dicen 
                relación con la conformación de la “chilenidad”, 
                específicamente en los complejos sistemas de alianzas de 
                mapuche con los españoles en el tiempo de la Reconquista 
                o la resistencia que opuso el Pueblo mapuche a la ocupación 
                de la Araucanía por parte del ejército chileno. 
                Por otro lado, ¿cuál es el objetivo último 
                de la estigmatización mapuche (flojo y borracho)?, ¿de 
                donde surge la percepción de los Chilenos de que el mapuche 
                es inferior a ellos?. Siendo éstas formas de control en 
                sentido estricto “viejas”, existen hoy nuevas formas de control 
                social, por ejemplo, lo que se ha venido llamando “etnocidio demográfico 
                o estadístico” (Bonfil Batalla, 1981), o la configuración 
                de políticas de tratamiento indígena de corte “ruralista”, 
                o la reducción de la problemática mapuche como un 
                problema propio de las “minorías”, la conformación 
                de políticas “folckoristas” respecto de la cuestión 
                mapuche, etc. La internalización de estas ideas-fuerza 
                en el inconsciente colectivo viabiliza la construcción 
                institucional de mecanismos ordenadores y normativos en el plano 
                de la Educación, la Religión, el aparato de Estado, 
                la Justicia y otros. Si se operacionaliza lo anterior, será 
                útil preguntarse el porqué de la insistencia de 
                Bengoa en seguir insistiendo en que la cantidad de mapuche en 
                Chile es menor a la mostrada por el censo, o porqué la 
                famosa “ley indígena” es ruralista sino para controlar 
                mejor los recursos desviados a un sector cuya tendencia es decreciente 
                en América Latina. En todas 
                las comunas estudiadas (sin excepción) la más baja 
                autoidentificación se da en el segmento de edad ya mencionado 
                (15 - 19 años)  y la más alta autoidentificación 
                se da en los grupos etáreos 25 - 29 años y 30 - 
                34 años. Lo interesante de esta menor autoidentificación 
                es que al contrario de lo que sucede con los segmentos etáreos 
                mayores, es que tanto hombres como mujeres se subdeclaran. Estas 
                definiciones son abordadas en el documento “Migración mapuche 
                y no mapuche”, Valdés M. 1997. Revista Ethnos http://rehue.csociales.uchile.cl/rehuehome/facultad/publicaciones/Ethno-/valdes1.htm Respecto 
                de la formulación de hipótesis, se sigue el razonamiento 
                Popperiano respecto de enunciación de las hipótesis 
                científicas. Ver  Popper K. Op cit. Pag 75. Estudio 
                Sociodemográfico sobre población mapuche en Chile 
                (censo 1992): Antecedentes para una política indígena. 
                Instituto de Estudios Indígenas - UFRO\CELADE. 1997. Estos 
                datos corresponden al documento “Los mapuches en las regiones 
                metropolitana y de la araucanía: Evaluación de la 
                información censal de 1992”.  Documento de distribución 
                restringida CELADE\IEI. Espina R. 1997. Espina 
                op cit. Ver 
                “Estudios Sociodemográficos de Pueblos Indígenas”. 
                LC/DEM/G.146. Pag 27. Léase 
                “Migración mapuche y no mapuche”, op cit. Greve 
                M.E. afirma que “según el último censo del INE (1992), 
                la población mapuche del país asciende a 998.385 
                habitantes de los cuales 409.079 (41,78%) son migrantes que residen 
                en el área metropolitana”, (destacado nuestro), sin embargo 
                el número señalado por Greve es el número 
                de personas que se autoidentifican como indígenas en el 
                país, toda vez que la cantidad de personas que se autoidentifican 
                como mapuche es de 928.060, por lo cual la RM concentra el 44,1% 
                de la población que se autoidentifica como mapuche en Chile 
                y no el 41,78%. Por otro lado, Greve señala que la totalidad 
                de las personas que residen en la RM serían migrantes, 
                lo cual no es así, puesto que el 60% de las personas autoidentificadas 
                por el censo son no migrantes, y el resto de la población 
                se reparte en las distintas categorías migratorias, siendo 
                la categoría más importante (migrante reciente) 
                solo un 5,32% que en todo caso no es muy distinta de la migración 
                reciente no mapuche (4,14%). (Ver PENTUKUN N° 5 pag. 17. Para 
                un análisis detallado respecto de la migración remitirse 
                a Migración mapuche y No mapuche Op cit. Montecino 
                afirma que “parte del salario recibido por el trabajo doméstico 
                (de las mujeres mapuche migrantes) estará destinado a ayudar 
                a la familia rural. ... La preocupación constante por esos 
                “otros” que quedaron en el campo se traduce no sólo en 
                envío de dinero o mercaderías, sino en una presencia 
                que poblará los sueños (peumas) y que guiará 
                la conducta...” en la ciudad. Léase “Transformación 
                y conservación cultural en la migración mapuche 
                a la ciudad: invisibilidad del mapuche urbano”. Montecino Sonia. 
                RULPA Dungu. N°7 1990. Léase 
                “Migración mapuche y no mapuche”. op cit. Para 
                ver un análisis más detallado, remitirse a “Comportamiento 
                religioso mapuche y no mapuche en la Región Metropolitana”. 
                Valdés M. (Inédito) e Identidad mapuche en Cerro 
                Navia. Curivil 1996. Algunas 
                de las definiciones más utilizadas provienen de la consecuencia 
                lógica de la migración, pero que de alguna forma 
                muestran un cierto sesgo, en la medida que el emigrado adquiere 
                la categoría de Urbano por el solo hecho de desplazarse 
                a la Ciudad. Para muestra un botón :  “mapuches urbanos 
                son mapuches producto de la migración del campo a la ciudad. 
                Se estima mas o menos en 150.000 la Población urbana. Algunos 
                retornan a su terruño, pero para la mayoría su partida 
                es irreversible. Son muy cotizados en los trabajos, pero con bajo 
                status económico, por carecer de preparación profesional. 
                Se encuentran trabajando como mozos, obreros o carabineros”. Las 
                culturas de América en la época del descubrimiento. 
                Ediciones cultura hispánica. 1984. pg 203. (destacado nuestro) Un primer 
                problema será establecer si es en la ciudad donde se constituye 
                la identidad mapuche, o si es la ciudad la que constituye o permite 
                la construir la Identidad mapuche y un segundo problema teórico, 
                social y hasta político será definir que se debe 
                entender por urbano por sus connotaciones de dominación 
                y control social inherente a la práctica social moderna. El Instituto 
                Nacional de Estadísticas INE, diferencia lo urbano de lo 
                rural, precisamente de este modo. Lo urbano o “Entidad Urbana” 
                (para el INE y Cía) sería aquel “conjunto de viviendas 
                concentradas con más de 2000 habitantes, o entre 1001 y 
                2000 habitantes, con el 50% o mas de su población económicamente 
                activa dedicada a actividades secundarias y/o terciarias”, por 
                el contrario, “Entidad Rural” sería aquel “asentamiento 
                humano concentrado o disperso que posee 1001 o menos habitantes, 
                o entre 1001 y 2000 habitantes con menos del 50% de su población 
                económicamente activa dedicada a actividades secundarias 
                y/o terciarias”. Censo de Población y Vivienda, Chile, 
                1992. Resultados generales. Pg 18. El Cientista 
                Social Curivil R. ha hecho aportes interesantes para un acercamiento 
                al concepto, también es notable la contribución 
                de la antropóloga Francisca de la Maza respecto de la discusión 
                de lo urbano. Desde 
                una perspectiva mapuche, Curilen E. es un caso de ello, y desde 
                una perspectiva no mapuche Aravena A., es también un ejemplo 
                de ello. Ver Organizaciones Indígenas Urbanas en la Región 
                Metropolitana y Desarrollo y Procesos Identitarios en el Mundo 
                Indígena Urbano en Tierra, Territorio y Desarrollo Indígena, 
                Universidad de la Frontera Ed. Temuco. 1995. pg 179 y pg 171, 
                respectivamente. En general, 
                lo urbano parece estar asociado a los procesos de urbanización, 
                devenido de la Modernización, en cambio el fenómeno 
                de la ciudad, pareciera  ser algo distinto, en la medida 
                que ello connota la ocupación de un cierto espacio social 
                y geográfico, que permite una cierta práctica y 
                producción social. Actualmente 
                existen formulaciones teóricas que rescatan la diversidad, 
                pero de algún  no son capaces de criticar la matriz 
                que las originó en términos de negar su validez 
                universal. Ver “la Autonomía cultural como problema epistemológico. 
                Valdés M. 1995. Las 
                investigaciones recientes sobre el fenómeno de la identidad 
                étnica mapuche no han tomado en cuenta un elemento central 
                en la constitución identitaria mapuche: la memoria histórica. 
                Es ella la que provee los elementos que diferencia la identidad 
                mapuche de la No - mapuche, e incluso diferencia al interior de 
                la Cultura mapuche, identidades distintas (la identidad del Lafkenche 
                es distinta a la del Nagche, Wenteche o Pewenche, a pesar de que 
                todos ellos forman parte del mismo conglomerado social) Si la 
                identidad étnica mapuche no debe su existencia a su memoria 
                histórica, entonces si podría hablarse de construcciones 
                identitarias radicadas exclusivamente en lo urbano. Sin embargo, 
                pensar la identidad mapuche, implica rescatar obligadamente la 
                memoria histórica, lo cual es independiente del lugar físico 
                donde coyunturalmente se encuentre el mapuche. Esto 
                obedece a dos razones fundamentales. Primero: desde un punto de 
                vista demográfico,  la reducción forzada después 
                de la derrota militar que culmina en 1881, en lugares de baja 
                productividad, de difícil acceso y escasa interconección 
                entre ellas, corta el proceso sociocultural mapuche en tanto tal. 
                Esta coyuntura, conocida como “Radicaciones”, permite que se configure 
                un nuevo proceso que tendrá profundas consecuencias en 
                la estructura socio-política mapuche: La sociedad mapuche 
                se constituye en una sociedad subordinada y dependiente de la 
                estructura del estado nacional chileno (Bengoa, 1985). Segundo 
                : Producto de lo anterior, surgen nuevas formas de interrelación 
                cultural, puesto que el Pueblo mapuche aunque derrotado militarmente 
                (lo que no connota su desaparición), es obligado a insertarse 
                en la estructura del estado chileno, lo cual  implica que 
                los significados culturales y referentes simbólicos que 
                portaban antes de la derrota militar, se reproduzcan bajo condiciones 
                no controladas por el derrotado Pueblo mapuche, en esta nueva 
                situación histórica. Si tomamos 
                como referencia la ciudad de Santiago, es posible encontrar que 
                el Poder (en la conceptualización Foucaultiana) tiene un 
                lugar geográfico específico donde actuar y reproducirse 
                y, - por supuesto -, un sujeto específico sobre el cual 
                ejercer el control. Tómese 
                en cuenta que en dictadura, para la época de las “protestas”, 
                se cortaba el suministro de la energía eléctrica 
                a las poblaciones mas “combativas”, claro está, de día, 
                porque de noche eran los mismos pobladores los que “cortaban” 
                el suministro eléctrico, lo mismo sucedió con el 
                suministro de agua y recolección de basura. Este fue un 
                mecanismo de control y castigo muy utilizado por regímenes 
                dictatoriales en el hemisferio sur, así como también 
                en Sudáfrica, entre otras. A la 
                llegada de los españoles a estas tierras, existían 
                agrupaciones de personas tan grandes como muchas ciudades actuales, 
                sin embargo, no son ni fueron consideradas ciudades en tanto tales 
                (Osvaldo Silva). Respecto del concepto de Modernidad, ver la Autonomía 
                Cultural como Problema Epistemológico. Valdés (Wekull) 
                M. “En 
                el campo, el gijatun se celebra una o dos veces en el año 
                para pedir buen tiempo, buenas cosechas o para agradecer por las 
                mismas, en un lugar dedicado exclusivamente para la celebración 
                de la ceremonia  (gijantuwe) que, según se afirma, 
                tiene newen (poder especial) en cambio en la ciudad, específicamente 
                en Santiago, no existe, por parte de los mapuche, la posibilidad 
                de adquirir un terreno con las características tan específicas 
                que se requiere para celebrar el gijatun. Esto ha obligado a las 
                organizaciones mapuche ha realizar el gijatun en un lugar que 
                frecuentemente son las canchas de fútbol del sector”. Léase 
                en Los Cambios Culturales y los procesos de Reetnificación 
                entre los mapuche Urbanos: Un estudio de Caso. Curivil  Ramón, 
                pg 65 (Inédito). En el 
                contexto de la investigación sociodemográfica que 
                se lleva a cabo entre CELADE y el Instituto de Estudios Indígenas, 
                Espina ha hecho interesantes estimaciones demográficas 
                de la población mapuche en la RM. Argumento 
                de Curín E. Este 
                concepto no es aceptado en general por los pueblos originarios, 
                especialmente mapuche, habría que buscar algún concepto 
                lo suficientemente poderoso para que de cuenta de la dignidad 
                de pueblo involucrada en dicho concepto. Un dato 
                serendipity en la conceptualización mertoniana es un dato 
                anómalo que dado su comportamiento invalida una teoría 
                o hipótesis. Opinión 
                de Molina Ruth. |